Conocí a Jordi
Bernet en el año 2002, en el Salón del Cómic de Barcelona. Tuve el placer de
saludarle y charlar un rato con él sobre su obra, tanto de su calidad artística
como de su trayectoria como profesional.
Para mi no era una persona desconocida, era
como un amigo al que había seguido su trayectoria artística durante más 15
años, a través de sus viñetas y sus ilustraciones. Había vivido en cierta
manera su eclosión en el cómic español, gracias a personajes e historias, que
dejaron huella entre los aficionados.
Es el caso de Sarvan, el primer personaje femenino
protagonista del autor, donde la sensualidad y la aventura predominaban en
todas sus páginas. Pasando por Torpedo 1936, un clásico del género
negro, dotado de una gran dosis de violencia, todo provocación, y mala baba.
Una combinación explosiva que hoy día mantiene su eco entre los lectores.
Para continuar con
Kraken, una genialidad que transcurre bajo el subsuelo de la ciudad de
Metropol. Donde sectas, fugitivos, y el mítico Kraken, hacen de las suyas.
Además de
sumergirnos con algunos años de retraso, en un mundo de fantasía heroica, con Andrax,
donde el autor experimentó una constante evolución gráfica, que le marcaría en
los años siguientes.
O adelantarse en 14
años, a gran hermano, en la que la vida de la protagonista, es retransmitida
por la televisión, en una de sus historias más recordadas: Custer.
Incluso podemos
contar, con una nueva versión de la fábula de la Bella y la Bestia: Light
and Bold. Una historia desmitificadora, con un cierto toque erótico, lleno
espías de la guerra fría, terroristas y traficantes de armas. Todo ello
aderezado con unos buenos toques de humor.
Estábamos en plena década de los años ochenta.
Ya en los noventa,
llegaría otro de sus personajes más queridos: Clara de Noche. Una
profesional de la calle, en el que el Bernet homenajea a estas mujeres, siempre
desde el lado más humano; bajo un prisma romántico y hecho con cariño.
Su colaboración con
guionistas de la talla como Miguel Cussó, Antonio Segura, Enrique Sánchez
Abulí, Carlos Trillo o Eduardo Maicas, fueron el espaldarazo a su carrera como
artista, tras más de veinte años trabajando para el mercado extranjero; en el que
apenas se había dado a conocer en su propio país. La fortuna quiso que editores
como Josep Toutain, iniciará el camino por el que los lectores, llegaríamos a
descubrir en abril de 1982, en el nº 34 de la revista Creepy, sus primeras
páginas de un tal Luca Torelli.
Así de esta manera, comenzamos a disfrutar
de las geniales páginas de un trabajador infatigable de la historieta. En el
que la técnica y el dominio del
claroscuro, le convirtieron en un maestro del blanco y negro. Su composición, y
frescura en sus páginas, le llevaron también al reconocimiento, y la admiración
entre los profesionales de su generación. De esa misma manera, se plasmaría
entre el publico internacional, como así lo demuestra los diversos galardones
recibidos a lo largo de más de cincuenta años de carrera.
Hoy nos reunimos
para rendir homenaje en Getafe, en el segundo certamen del ESCOGE, al maestro
del cómic, Jordi Bernet Cussó. Con todo merecimiento se le concede una calle
con su nombre en el municipio. Recibámoslo con un aplauso.
Getafe a 1/07/2012. Teatro Federico
García Lorca
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